¿Sabía que mantener nuestras casas limpias no significa que estén libres de los microbios potencialmente dañinos que arrojan constantemente al medio ambiente las personas y los animales y la comida contaminada? Estos microbios son invisibles por lo que no puede eliminarlos de su hogar mediante la limpieza.
La manera efectiva de proteger su hogar de los microbios dañinos es tener buenos hábitos de higiene en aquellos momentos clave en los que es más probable que se propaguen. A esto le llamamos «higiene óptima».
¿Qué es la higiene óptima y por qué la necesitamos?
La introducción de prácticas de higiene óptima en su hogar es la mejor manera de tener tranquilidad al estar haciendo todo lo posible para protegerse y proteger a su familia de las enfermedades infecciosas.
La higiene óptima proporciona un medio para maximizar la protección contra los microbios dañinos y al mismo tiempo mejorar la exposición a los microbios beneficiosos que necesitamos para construir un microbioma saludable en nuestro intestino, tracto respiratorio, boca y en nuestra piel, lo que reduce el riesgo de desarrollar alergias y otros tipos de enfermedades.
La clave para la higiene óptima es que se centra en romper la cadena de infección. Esto difiere significativamente de la visión tradicional de que la higiene significa eliminar la suciedad, ya que es donde se encuentran principalmente los microbios dañinos. En realidad, la fuente de microbios dañinos son principalmente otras personas, alimentos y agua contaminados y animales domésticos.
Romper la cadena de infección para prevenir la propagación de microbios dañinos
Los microbios dañinos entran en nuestro hogar principalmente a través de personas o mascotas, alimentos o agua contaminados. Se esparcen continuamente y luego se propagan a través de portadores como manos, inodoros, paños, etc. Podemos ser infectados por estos microbios, por ejemplo, al tocar una superficie infectada y luego tocar la boca, la nariz o los ojos, o comer alimentos contaminados al manipularlos con las manos contaminadas. Esto se conoce como «cadena de infección». Todos los eslabones de la cadena deben estar en su lugar para que se propague una infección. Entonces, si rompemos uno de los eslabones de la cadena, la infección no puede propagarse.
Las prácticas de higiene se usan en el hogar para prevenir la propagación continua de microbios dañinos al romper esta cadena de infección.
Hay algunas especies de microbios que se sabe que son potencialmente dañinos (por ejemplo, algunas bacterias intestinales), que pueden crecer y multiplicarse para formar depósitos permanentes en lugares donde se acumula agua estancada tales como lavabos/baño/desagüe de la ducha, debajo del borde del inodoro y en los trapos de limpieza húmedos y las esponjas. Normalmente no son dañinos pero pueden representar un riesgo para las personas que tienen una menor inmunidad a las infecciones.
¿Cuándo necesita practicar la higiene óptima?
Higiene óptima significa enfocar las prácticas de higiene en los momentos en los que es más probable que los microbios dañinos se propaguen desde las fuentes mencionadas anteriormente. Estos momentos son cuando usted:
- Manipula alimentos
- Come con las manos
- Usa el inodoro o cambia el pañal de un bebé
- Tose, estornuda y se suena la nariz
- Toca superficies frecuentemente tocadas por otras personas
- Manipula y lava la ropa sucia y las prendas del hogar.
- Cuida de animales domésticos
- Manipula y tira la basura
- Cuida de un familiar infectado.